Mientras aquí en Venezuela, un sector poblacional se dirige
a las plazas más cercanas para firmar exigiendo la derogación del documento del
presidente de EEUU Barack Obama, allá al otro lado del mundo, específicamente en
el Medio Oriente, varios pueblos son bombardeados e invadidos, claro está, bajo
la logística y dirección estadounidense.
Antes de proseguir la redacción de estas líneas, debo
confesar que apenas me estoy dedicando a leer informaciones sobre la situación del
Medio Oriente.Sin embargo, me propuse navegar un buen rato por la red para encontrar
suficiente material explicativo sobre algunas situaciones puntuales que
atraviesan por una encrucijada muy dramática, en donde, por supuesto entra en
juego la soberanía, como es el caso de Yemen, un país atacado por Arabia
Saudita, cuya invasión es motivo de titulares en los medios de comunicación
digitales e impresos y por ende centro de atención de muchos analistas
internacionales.
Es por esto que tomaré como referencia algunos medios como
por ejemplo Telesur, que publicó un trabajo muy amplio, en donde expone
bastante bien las razones de la guerra en Yemen, así como las causas y
consecuencias de las actuales ofensivas.Por supuesto solo extraeré lo que a mi
juicio, pudiese dar claridad acerca del tema. Esto por el asunto de que el
Medio Oriente tiene una realidad muy compleja, por todo esto de las creencias,
religiones y la manera como esta cultura lleva su política de Estado.
Tal como ya lo mencioné anteriormente en Telesur el
reportaje titulado “Yemen: ¿Conflicto religioso o intervención extranjera?”,
nos ubica bien acerca del conflicto en este país.
Allí indica que Telesur consultó a varios analistas
internacionales sobre este caso y expone el medio que coinciden en que Arabia
Saudita busca consolidar el liderazgo en el mundo árabe penetrando en Yemen,
país que tiene una ubicación geográfica estratégica en el cuerno de África y
que actualmente es víctima de agresiones por parte de potencias extranjeras.
También Telesur en este trabajo especial señala que Los
grandes medios de comunicación han reseñado la crisis en Yemen como un
conflicto religioso entre hutíes (una fracción de los chiítas) y sunitas que
cuentan con la “mediación” de Arabia Saudita. Por otra parte, ocultan el ámbito
político que es predominante en esta pugna: el interés por posiciones
estratégicas que facilitarían a los saudíes -aliados de EE.UU.- el tránsito de
petróleo y armas por África.
Para lograr este reportaje a mi juicio extraordinario, el equipo
de Telesur, consultó al analista internacional Sergio Galiana, quien
plantea que la crisis en Yemen se trata de un conflicto interno, del que
factores externos buscan sacar provecho. Si bien Yemen es un país
territorialmente pequeño, de unos 25.2 millones de habitantes, su ubicación
geográfica limítrofe con el golfo del Adén y entrada al Cuerno de África le
otorga una posición estratégica, que beneficiaría a Arabia Saudita en su claro
objetivo de convertirse en el líder de la región. Indica el experto en este
reportaje que Yemen, por su paso respecto al mar Rojo, es un punto estratégico
que de alguna manera permite el control o el paso de mercancía desde el Mar
Mediterráneo hacia el Océano Índico.
“Hay un vacío de poder dentro del mundo
árabe, donde los distintos países buscan cubrir el liderazgo. Antes de la
'primavera árabe' Libia, Egipto e Irak (que hacían bandera de la modernización
de la sociedad) en algún punto lideraban al mundo árabe”, explicó Galiana.
Asimismo, considera que la disciplina de ataque que tiene Arabia Saudita sobre
Yemen está relacionada con el objetivo de erigirse como el nuevo líder del
mundo árabe y ratificar su capacidad de imponerse ante cualquier situación de
conflicto.
En este trabajo periodístico se le explica al lector sobre
las diferencias entre chiíes y sunitas,
es allí donde se acota que Ambos creen en el islam. La diferencia es que los
chiítas creen en Alí, yerno de Mahoma, como su sucesor. Consideran también que
los imanes tienen autoridad en el plano político, además del religioso. En
cambio, los sunitas apoyaron al suego de Mahoma, Abu-Bakr, como su sucesor. Los
sunitas wahabitas-salafistas son más conservadores y creen que deben castigar
las desviaciones chiítas. En Yemen 98 por ciento de la población tiene al islam
como su religión, 52 por ciento es sunita y el 46 Chiíta.
Cabe destacar que en este trabajo especial, los analistas
consultados coinciden que efectivamente en este conflicto, interviene de forma
indirecta EEUU, por que Arabia Saudita es un aliado -como también lo ha sido Israel- que le
permite la penetración indirecta en territorio yemení. “Claramente EE.UU. tiene
un interés estratégico que es garantizar el aprovisionamiento del petróleo
barato de la región para su propio mercado”, explicó Galiana. Por su parte, el
analista internacional y profesor de Geopolítica Petrolera Energética en la
Universidad de Los Andes (ULA) en Venezuela, Miguel Antonio Jaimes, asegura que
los grupos en el norte de Yemen son blanco de bombardeos por indentificarse con
los chiítas e Irán, además de resistir al imperialismo.
Ante todo esto surge el siguiente planteamiento : ¿Por qué
se disputa el sur de Yemen? Porque limita con el Océano Índico, donde también
está Somalia y es la entrada al Cuerno de África, donde transitan diariamente
más de 20 millones de barriles de petróleo. Para Galiana, el papel de Estados
Unidos en los conflictos de Oriente Medio y del Golfo Pérsico es algo más que
irresponsable. Considera que la política de no intervención directa, en
términos de un despliegue militar de fuerzas que resulta muy costoso “es parte
de una política regional” en la que el país norteamericano busca ejercer un
papel de “gendarme regional a nivel mundial... no en vano tiene una flota
importantísima anclada para el control del Golfo Pérsico”. La estrategia de
EE.UU. consistente en armar y financiar a grupos que le sirven a sus intereses,
acción que por lo general se le viene en contra debido a que “estos aliados
cobran cierta autonomía, por ejemplo los talibanes e incluso al Qaeda. El
autodenominado Estado Islámico surgió como un desprendimiento de estos grupos
cuyo origen claramente es la CIA”, detalla Galiana.
Llama la atención que dentro de este reportaje, los autores
aclaran sobre todo que este conflicto en el Medio Oriente no es religioso, y
con esto termina el trabajo especial:
Aunque la opinión pública trata de hacer ver que lo que pasa
en Yemen es por problema ligado a la religión, Galiana afirma que lo que está
pasando en el país no es un conflicto entre dos facciones de una misma
religión. “La diferencia religiosa no es el motivo de la disputa política. La
disputa política adquiere un lenguaje religioso en el sentido de que estos
grupos (los chiítas) que se consideran excluidos del poder político,
marginados, reprimidos justamente por ser una minoría religiosa...Adquiere una
dimensión política porque es el Estado que los reprime...(solo en ese sentido )
uno puede pensar en términos políticos de chiítas Vs. sunitas”.
Así está el panorama en esta nación Yemen, y mientras los
analistas llegan a explicar las causas reales de esta guerra, en la red se
pueden ver videos y graficas de hombres, mujeres y niños lastimados por los
bombardeos y edificaciones destruidas por los ataques.
Ojala aquí en Venezuela, no nos tomemos tan a la ligera lo
del decreto de Barack Obama, a veces cuando una sale a la calle y ve a la gente
dedicada a buscar harina para las arepas, o café o leche, se percibe esa
incredulidad sobre una posible invasión estadounidense en nuestra Patria.
Cierro con esa frase bastante popular, “cuando veas las
barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo”.
Marisol Pozzolini
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