Periodista egresada de la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica).

jueves, 2 de abril de 2015

Si ves las barbas de tu vecino arder…






Mientras aquí en Venezuela, un sector poblacional se dirige a las plazas más cercanas para firmar exigiendo la derogación del documento del presidente de EEUU Barack Obama, allá al otro lado del mundo, específicamente en el Medio Oriente, varios pueblos son bombardeados e invadidos, claro está, bajo la logística y dirección estadounidense.

Antes de proseguir la redacción de estas líneas, debo confesar que apenas me estoy dedicando a leer informaciones sobre la situación del Medio Oriente.Sin embargo, me propuse  navegar un buen rato por la red para encontrar suficiente material explicativo sobre algunas situaciones puntuales que atraviesan por una encrucijada muy dramática, en donde, por supuesto entra en juego la soberanía, como es el caso de Yemen, un país atacado por Arabia Saudita, cuya invasión es motivo de titulares en los medios de comunicación digitales e impresos y por ende centro de atención de muchos analistas internacionales.

Es por esto que tomaré como referencia algunos medios como por ejemplo Telesur, que publicó un trabajo muy amplio, en donde expone bastante bien las razones de la guerra en Yemen, así como las causas y consecuencias de las actuales ofensivas.Por supuesto solo extraeré lo que a mi juicio, pudiese dar claridad acerca del tema. Esto por el asunto de que el Medio Oriente tiene una realidad muy compleja, por todo esto de las creencias, religiones y la manera como esta cultura lleva su política de Estado.
Tal como ya lo mencioné anteriormente en Telesur el reportaje titulado “Yemen: ¿Conflicto religioso o intervención extranjera?”, nos ubica bien acerca del conflicto en este país.
Allí indica que Telesur consultó a varios analistas internacionales sobre este caso y expone el medio que coinciden en que Arabia Saudita busca consolidar el liderazgo en el mundo árabe penetrando en Yemen, país que tiene una ubicación geográfica estratégica en el cuerno de África y que actualmente es víctima de agresiones por parte de potencias extranjeras.

También Telesur en este trabajo especial señala que Los grandes medios de comunicación han reseñado la crisis en Yemen como un conflicto religioso entre hutíes (una fracción de los chiítas) y sunitas que cuentan con la “mediación” de Arabia Saudita. Por otra parte, ocultan el ámbito político que es predominante en esta pugna: el interés por posiciones estratégicas que facilitarían a los saudíes -aliados de EE.UU.- el tránsito de petróleo y armas por África.

Para lograr este reportaje a mi juicio extraordinario, el equipo de Telesur,  consultó al  analista internacional Sergio Galiana, quien plantea que la crisis en Yemen se trata de un conflicto interno, del que factores externos buscan sacar provecho. Si bien Yemen es un país territorialmente pequeño, de unos 25.2 millones de habitantes, su ubicación geográfica limítrofe con el golfo del Adén y entrada al Cuerno de África le otorga una posición estratégica, que beneficiaría a Arabia Saudita en su claro objetivo de convertirse en el líder de la región. Indica el experto en este reportaje que Yemen, por su paso respecto al mar Rojo, es un punto estratégico que de alguna manera permite el control o el paso de mercancía desde el Mar Mediterráneo hacia el Océano Índico.

 “Hay un vacío de poder dentro del mundo árabe, donde los distintos países buscan cubrir el liderazgo. Antes de la 'primavera árabe' Libia, Egipto e Irak (que hacían bandera de la modernización de la sociedad) en algún punto lideraban al mundo árabe”, explicó Galiana. Asimismo, considera que la disciplina de ataque que tiene Arabia Saudita sobre Yemen está relacionada con el objetivo de erigirse como el nuevo líder del mundo árabe y ratificar su capacidad de imponerse ante cualquier situación de conflicto.

En este trabajo periodístico se le explica al lector sobre las diferencias  entre chiíes y sunitas, es allí donde se acota que Ambos creen en el islam. La diferencia es que los chiítas creen en Alí, yerno de Mahoma, como su sucesor. Consideran también que los imanes tienen autoridad en el plano político, además del religioso. En cambio, los sunitas apoyaron al suego de Mahoma, Abu-Bakr, como su sucesor. Los sunitas wahabitas-salafistas son más conservadores y creen que deben castigar las desviaciones chiítas. En Yemen 98 por ciento de la población tiene al islam como su religión, 52 por ciento es sunita y el 46 Chiíta.

Cabe destacar que en este trabajo especial, los analistas consultados coinciden que efectivamente en este conflicto, interviene de forma indirecta EEUU, por que Arabia Saudita es un aliado  -como también lo ha sido Israel- que le permite la penetración indirecta en territorio yemení. “Claramente EE.UU. tiene un interés estratégico que es garantizar el aprovisionamiento del petróleo barato de la región para su propio mercado”, explicó Galiana. Por su parte, el analista internacional y profesor de Geopolítica Petrolera Energética en la Universidad de Los Andes (ULA) en Venezuela, Miguel Antonio Jaimes, asegura que los grupos en el norte de Yemen son blanco de bombardeos por indentificarse con los chiítas e Irán, además de resistir al imperialismo.

Ante todo esto surge el siguiente planteamiento : ¿Por qué se disputa el sur de Yemen? Porque limita con el Océano Índico, donde también está Somalia y es la entrada al Cuerno de África, donde transitan diariamente más de 20 millones de barriles de petróleo. Para Galiana, el papel de Estados Unidos en los conflictos de Oriente Medio y del Golfo Pérsico es algo más que irresponsable. Considera que la política de no intervención directa, en términos de un despliegue militar de fuerzas que resulta muy costoso “es parte de una política regional” en la que el país norteamericano busca ejercer un papel de “gendarme regional a nivel mundial... no en vano tiene una flota importantísima anclada para el control del Golfo Pérsico”. La estrategia de EE.UU. consistente en armar y financiar a grupos que le sirven a sus intereses, acción que por lo general se le viene en contra debido a que “estos aliados cobran cierta autonomía, por ejemplo los talibanes e incluso al Qaeda. El autodenominado Estado Islámico surgió como un desprendimiento de estos grupos cuyo origen claramente es la CIA”, detalla Galiana.

Llama la atención que dentro de este reportaje, los autores aclaran sobre todo que este conflicto en el Medio Oriente no es religioso, y con esto termina el trabajo especial:

Aunque la opinión pública trata de hacer ver que lo que pasa en Yemen es por problema ligado a la religión, Galiana afirma que lo que está pasando en el país no es un conflicto entre dos facciones de una misma religión. “La diferencia religiosa no es el motivo de la disputa política. La disputa política adquiere un lenguaje religioso en el sentido de que estos grupos (los chiítas) que se consideran excluidos del poder político, marginados, reprimidos justamente por ser una minoría religiosa...Adquiere una dimensión política porque es el Estado que los reprime...(solo en ese sentido ) uno puede pensar en términos políticos de chiítas Vs. sunitas”.

Así está el panorama en esta nación Yemen, y mientras los analistas llegan a explicar las causas reales de esta guerra, en la red se pueden ver videos y graficas de hombres, mujeres y niños lastimados por los bombardeos y edificaciones destruidas por los ataques.

Ojala aquí en Venezuela, no nos tomemos tan a la ligera lo del decreto de Barack Obama, a veces cuando una sale a la calle y ve a la gente dedicada a buscar harina para las arepas, o café o leche, se percibe esa incredulidad sobre una posible invasión estadounidense en nuestra Patria.

Cierro con esa frase bastante popular, “cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo”.


Marisol Pozzolini

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